El dolor uterino menstrual: la herida patriarcal

Se llama así a las contracciones espasmódicas que suceden en el útero durante la menstruación. Son dolores intensos que muchas veces nos obligan a parar con nuestra actividad cotidiana. El llamado “dolor de ovarios“ no existe: lo que duele es nuestra matriz al momento de contraerse para entregar la sangre.
Las causas posibles son varias: puede deberse a un exceso de prostaglandina en sangre, causado por el alto consumo de lácteos de origen animal, lo que genera mayor inflamación y dolor. También
puede haber un estancamiento en el hígado. Este órgano ayuda a regular al útero y podemos fortalecerlo desde una alimentación antiinflamatoria, abandonando productos llenos de químicos y toxinas y trabajando con nuestros enojos y con las emociones que necesiten ser liberadas. Como ya vimos, un hígado alterado o una microbiota intestinal debilitada pueden no estar eliminando los estrógenos como es debido, y al reabsorberse se produce un exceso de estrógenos en nuestro organismo lo que desencadena mayor inflamación, mayor producción de tejido endometrial y por lo tanto, más dolor al menstruar. Otra causa posible es un exceso de frío en la matriz: cuando tomamos frío desde las lumbares, los pies o el vientre, llega al útero contrayéndolo y generando contracciones más agudas y la presencia de coágulos.
El útero también puede estar rígido o tenso por la falta de relajación en la pelvis y eso contribuye a la contracción espástica (pueden leer más sobre este tema en los libros de Casilda Rodrigañez Bustos).
Sugerimos también indagar qué significa para nosotras/xs menstruar, con qué lo relacionamos, cómo era para nuestro linaje este momento, o si podemos escuchar y darle espacio a lo que nos está pidiendo el cuerpo en estos días: ya sea desde lo emocional, desde lo físico o lo mental.
A veces es muy difícil debido a la sociedad hiper productiva en la que vivimos pero es un gran paso para nuestra salud poder darle lugar a todo lo que aparece en nuestro cuerpo a la hora de sangrar: resistencias, miedos, memorias, creencias, dolores, incomodidades.
No es fácil y muchas veces no tenemos las herramientas pero ya abriendo espacio para el dolor en vez de querer silenciarlo estamos haciendo un gran trabajo para nuestro útero.
La menstruación forma parte de nuestros procesos sexuales, por lo tanto muchas emociones también pueden aparecer en estos días: enojos, tristeza, desgano, irritabilidad. Y aunque la cultura detesta las emociones no tan “felices“, es medicinal para nuestros cuerpos que podamos darnos el espacio-tiempo necesarios para expresar y respirar aquello que estuvimos reprimiendo o escondiendo para poder seguir nuestra vida y cotidianidad, pero que estaba ahí esperando ser visto y validado.
Ser compasivas/xs con nosotras/xs es un gran paso frente al dolor: no debemos normalizarlo aunque en esta sociedad es común y hasta coherente que nos duela el útero estando expuestas/xs a los ritmos lineales que acallan nuestra necesidad de reposo o descanso.

Apoyos y medicinas que nos acompañan:
Podemos acompañar estos dolores con infusiones y algunas herramientas días antes de nuestro sangrado. Si el primer día del ciclo queremos tomar algo para que nos calme el dolor, quizás sea un
poco tarde, ya que las plantas no tienen una acción instantánea sino que necesitan un proceso. Por eso recomendamos entrar en contacto con alguno de estos apoyos días antes de menstruar.

• Manzanilla, Sauce o Milenrama: son desinflamantes y relajantes, especialmente los dolores en nuestra matriz. Podemos tomar infusiones días previos.
• Caléndula y orégano: actúan como desinflamantes y antiespasmódicos. Ideal para infusiones.
• Melisa: nos relaja y ayuda emocionalmente. Es un gran antidepresiva y también trabaja el estancamiento en el hígado.
• Cúrcuma: Ayuda a reducir los niveles de prostaglandina que generan dolor, es también una gran antiinflamatoria.
• Lavanda: es relajante, y descongestiona nuestro corazón y las emociones allí guardadas. Podemos utilizarla en aceites para masajes, en almohadillas o con aromaterapia.
• Tisana oxitosa: Jengibre, Canela, Clavo de Olor y Cardamomo. Es ideal para el exceso de frío en la matriz, es antiinflamatoria y antiespasmódica.
• Abandonar las toallitas desechables y tampones llenos de tóxicos.
• Cuando hay mucho dolor de cabeza, se recomienda bajar la actividad mental, podemos acompañarnos con alguna almohadilla con hierbas (en especial Lavanda) en nuestra cabeza o en los ojos.
• Los orgasmos nos ayudan a combatir el dolor.
• Podemos sumar calcio y magnesio en nuestra alimentación

Este es un fragmento de “Escritos para el Cuidado Propio”, nuestro tercer libro que pueden encontrar aquí.


También podes sumarte a nuestro Workshop Iniciático para profundizar en el ciclo y nuestra salud: aquí

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