Nuestra sexualidad está íntimamente ligada a nuestra capacidad de respirar profundo: abrir los tejidos, nervios, músculos y centros de poder de nuestro cuerpo para que podamos sentir. No hay sexualidad posible sin sentir primero el propio cuerpo: entrar en contacto con él me permite saber qué necesito, qué emociones-tensiones estoy sosteniendo y habilitar la relajación para viajar hacia lo placentero. Así abro espacio en mi cuerpo, permitiendo que la energía vuelva a circular, que la tensión se alivie, que lo que sentimos vuelva a recorrernos. Sentir es una parte intrínseca de estar vivas.
¿Qué pasa cuando sentimos que estamos cerradas a nuestro placer, nuestro pulso vital, nuestra ciclicidad y creatividad? ¿qué espacios sentimos tensos, rígidos o bloqueados en el cuerpo? ¿cómo siento mi pelvis, mi vulva, mi matriz, mi mandíbula, mi pecho? ¿cuánto tiempo me doy para reconectar conmigo y darme espaciotiempos oxitosos para que la energía vital vuelva a fluir despertando mi fuerza / poder interno?
Se que conectarnos con la relajación es muy difícil, y para habitar el placer necesitamos un cuerpo relajado, pero quizás volviendo a respirar profunda y conscientemente, abriendo el diálogo con nuestro cuerpo y cada uno de sus espacios, y registrando todo lo que está ahí necesitando ser ablandado y abrazado, puede ser un posible camino potente y amable para revitalizar y regenerar nuestra potencia gozosa.
El goce como un puente hacia un nuevo paradigma en la forma de mirarnos, registrarnos, habitarnos, donde también existe el dolor, la ansiedad y la tristeza pero sin la lucha y la tensión como única información posible en nuestros procesos sexuales y creativos. el placer como aquel viaje de reparación hacia una nueva forma de sentir, crear, vivir, ciclar, sangrar desde un cuerpo vivo, vibrante, pulsando, siendo.
El dolor y el placer a veces van a coexistir, pero es parte de crear un cuerpo un poco más saludable e integrado.
Desromantizar lo oxitoso | recuperar la capacidad de sentir: lo que hay, lo que sostuvimos, lo que somos.
Todo forma parte de nuestro entramado.
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