En el diccionario la palabra placer se define como “una sensación o sentimiento positivo, agradable o eufórico, que en su forma natural se manifiesta cuando un individuo consciente satisface plenamente alguna necesidad”.
Lamentablemente ningún diccionario puede definir en la totalidad una palabra tan importante como ésta y quizás sea porque está relacionado con lo que no se puede explicar, con algo mucho más irracional, sensitivo, íntimo y profundo.
Podríamos empezar a resignificar la sexualidad, como la forma de alquimizar nuestra energía vital (oxitosa y creadora).
¿Qué significa para mí la palabra placer? ¿Cuán merecedora de placer siento?
Algunos apoyos amorosos
Entrar en contacto con nosotrxs. Tocarnos. Acariciarnos. Hacernos mimos. Hacernos masajes (en el vientre, en el suelo pélvico, en las tetas, en la cara)
Masturbarnos y ponerle un propósito (que no sólo sea una acción de descarga).
Descansar. Respetar los tiempos de relajación, de retiro, de dormir.
Darnos baños de sol en la vagina. Que la vulva se conecte con la naturaleza, que reciba aire y respire. Que la energía vital del sol recargue y abrace nuestro centro de energía sexual creativa.
Estar en contacto con la tierra y con la naturaleza.
Hacer todas las actividades que nos dan placer: cantar, pintar, escribir, andar descalzas, mirar el cielo, recibir masajes, nadar, tirarse en el pasto.
Decir que no a todo aquello que no queremos hacer, ni recibir.
Cocinarnos o comer todo aquello que nos gusta y le da amor a la cuerpa.
Vernos desnudxs frente al espejo y decirnos que nos amamos así.
Abrir, despertar y recuperar nuestros sentidos.
Reír y llorar, mucho de ambas cosas.
Preparar nuestro espacio para que nos acompañe placenteramente: velas, aromas, luces, texturas, música.
Desterrar la CULPA. Yo soy merecedora.
Darnos calor y mimos y amor.
Descubrir, explorar e investigar qué nos erotiza, qué nos motiva, qué nos despierta y qué nos gusta.
Este es un fragmento de “Curanderas”, nuestro primer libro que pueden encontrar aquí.
